La humedad ambiental o la lluvia no perjudican en absoluto a la madera.
Al construir las casas, se aísla la madera de la base de cemento (columnas, plataformas, etc.) que es la fuente de entrada de humedades. Asimismo el tratamiento a poro abierto de las paredes nos garantiza que la madera “respire”, adquiriendo humedad y expulsándola cuando sea necesario.